sábado, 31 de julio de 2010

¡Felices vacaciones!


Economía de la felicidad


Todos acabamos adaptándonos a lo que no parecía soportable en otras condiciones, lo que explica la relativa calma social en situación de crisis

MANUEL CASTELLS | El País, 31/07/2010 |
Cuando hace dos meses Ben Bernanke, el presidente del Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos, clausuró el curso de la Universidad de Carolina del Sur, eligió hablar sobre la economía de la felicidad. Podría parecer una frivolidad cuando aún atravesamos la crisis económica más profunda desde hacemedio siglo. En realidad, se situaba en una corriente creciente de académicos, políticos y empresarios que están tomando en serio lo que las encuestas muestran sistemáticamente: a la gente lo que le importa es ser feliz, aunque luego cada uno lo entienda a su manera. Ni el dinero hace la felicidad ni tampoco la compra.

Hasta el punto de que hace un año Sarkozy reunió una comisión liderada por premios Nobel para proponer la creación de un índice de desarrollo basado en el concepto de felicidad. De hecho, con 37 años de retraso con respecto al primer país que decidió cambiar su medida del progreso sustituyendo el cálculo del producto nacional bruto por el índice de felicidad nacional bruta: Bután (si le falla la geo-historia, mírelo en Wikipedia). Propuesto en 1972 por el rey Jigme Singye Wangchuk, se convirtió en el parámetro de desarrollo multidimensional del país, sobre la base de combinar cuatro objetivos fundamentales: un desarrollo económico- social sostenible y equitativo, en el que el crecimiento revierta en beneficios sociales para la población; la conservación estricta del medio ambiente natural; la preservación y promoción de la identidad cultural butanesa; el buen gobierno garante de la estabilidad institucional y social sobre la que se basa la armonía de la vida cotidiana. El índice nacional de felicidad se alimenta de principios budistas enraizados en la historia y cultura del país, pero su aplicación puede extenderse a cualquier país o región que acepte la armonía como principio de organización social. Desde entonces, el concepto se ha perfeccionado en Bután, país que se relaciona con la globalización sólo en la medida en que contribuya al incremento de su felicidad. Recientemente ha puesto las tecnologías de información y comunicación al servicio del proyecto. Esta nueva perspectiva de contabilidad nacional se ha extendido por todo el mundo, con influencia creciente del Centro de Estudios Butaneses en numerosas conferencias internacionales, en particular en Canadá y en Brasil.

Existen índices comparados de niveles de felicidad que usted puede encontrar en internet y que muestran que Bután, país pobre de 700.000 habitantes, se sitúa entre los 20 primeros países por nivel de felicidad. Claro está, el problema es cómo se mide. Y aquí los butaneses y sus amigos internacionales no están solos. Hay una investigación académica creciente sobre el tema, con verdaderas innovaciones metodológicas. En buena parte, se basa en medidas subjetivas, como en los diarios personales diseñados por el premio Nobel Daniel Kahneman o resultantes de las encuestas especializadas. También se introducen datos estadísticos de desarrollo humano.

La combinación de ambas fuentes se hace en una perspectiva holística de no privilegiar la dimensión monetaria sobre las demás. A partir de estas comparaciones, sabemos cosas interesantes. Así, los ricos suelen ser más felices que los pobres, pero los países ricos no son más felices que los pobres. Por ejemplo, en Costa Rica son más felices que en Estados Unidos. Porque la felicidad depende por un lado de las expectativas y por otro de la estabilidad de la vida. Procesos de rápido crecimiento disminuyen la felicidad al desorganizar la trama cotidiana. Carol Graham, de la Brookings Institution, ha investigado el tema en muchos países y encontró como factores clave de felicidad una vida personal estable, afectividad satisfactoria, buena salud y un nivel suficiente de ingresos (pero no demasiado alto, porque ahí empiezan los problemas). Pero también señala que la felicidad es la que ayuda a la buena salud.

De la investigación existente sobresalen dos temas: la sociabilidad y la adaptabilidad. Cuantas más redes familiares y sociales, más feliz es la gente. De hecho, las empresas de comunicación ya han identificado este hecho como el determinante del éxito de redes sociales en internet. Cuanto más internet, más sociabilidad, tanto virtual como presencial. Y cuanta más sociabilidad, más felicidad. La búsqueda de comunidad es un elemento esencial para restablecer el equilibrio psicológico. Algunas políticas sociales, por ejemplo en Canadá, están utilizando esta perspectiva para organizar actividades para los parados que generen redes de relación social y de autoestima cuando falla el entorno laboral. Por otro lado, la adaptabilidad humana parece gestionar condiciones de desequilibrio mediante mecanismos de compensación en el comportamiento. Bernanke cita un párrafo revelador de Adam Smith:

"La mente de cada persona, en tiempo más o menos largo, vuelve a su estado usual y natural de tranquilidad. En la prosperidad, al cabo de cierto tiempo, baja al nivel en el que estaba; en la adversidad se eleva a su nivel habitual". Esta afirmación, refrendada por la investigación en psicología económica, explicaría la relativa calma social en situación de crisis: todos acabamos adaptándonos a lo que no parecía soportable en otras condiciones. Pero es precisamente esa capacidad de contento interior lo que conduce a una armonía que depende de nosotros y no del valor de la vida medido en dinero. Y es que, en último término, desde la economía clásica la idea era servir a la felicidad del ser humano. Lo que ocurrió es que ante la dificultad de medirlo, el concepto se mutó en utilidad y se le asignó el precio como criterio de medición. La consecuencia fue una personalidad truncada en la que el acto de consumo individual no podía dar respuesta a otras necesidades no tratables por el mercado, desde los afectos hasta los bienes comunes (como la naturaleza). Al contrario, la huida en el consumo acentúa los desequilibrios psicológicos.

Por ello, no es casual que cuando falla el mercado nos quedemos vacíos. Pero ese vacío se va llenando con nuevas prácticas de vida a las que se refiere esa nueva rama de la investigación, síntoma de profundo cambio cultural: la economía de la felicidad. Felices vacaciones.

Áfricas


De las dos aguas (2007), de Maria Magdalena Campos-Pon, de la muestra Afro Modern.

Afro Modern. Viajes a través del Atlántico negro

Centro Galego de Arte Contemporánea

Valle Inclán, s/n. Santiago de Compostela

Hasta el 10 de octubre



Hounsa (2007), de C. Dakpogan, de la muestra África. Objetos y sujetos.

África. Objetos y sujetos

Centro Cultural Cajastur. Palacio

Revillagigedo. Plaza del Marqués, 2. Gijón

Hasta el 30 de septiembre




miércoles, 28 de julio de 2010

¡Belleza a ojos vista!


¡El Cabo de Creus recobra su virginidad!








Com Cadaqués no hi ha res!






lunes, 26 de julio de 2010

Siempre, la ciudad de la luz

El Museu de la informàtica de París

Situat al capdamunt de l'Arc de la Défense, probablement és un dels museus menys coneguts de la ciutat del Sena
Per Guillem Alsina González, a 22 de juliol de 2010

Una vitrina amb ordinadors. Foto: Guillem Alsina

La capital de França té molts atractius turístics ben coneguts arreu del món: la Torre Eiffel, l’Arc De Triomf, els seus boulevars, les passejades en Bateau Mouche… però per als més tecnòlegs n’hi ha un d’afegit: el musée de la informatique que es troba al capdamunt de l’Arc de la Défense, el barri modern que ha estat definit com el Manhattan de París.

L'espai de la Défense, amb l'arc a mà esquerra. Foto: Guillem Alsina

El vaig descobrir per casualitat en el meu primer viatge a la ciutat de la llum, l’agost del 2009. Jo voltava distret per La Défense un dia ennuvolat, i com suposo que fan tots els turistes novells, vaig voler contemplar la vista des de l’Arc de la Défense. Simplement impressionant, amb l’Avinguda Foch al meu davant i l’Arc de Triomf al capdamunt… però aquesta generosa visió aviat va quedar eclipsada al meu imaginari per un pòster del museu de la informàtica que es trobava al capdamunt d’aquella estructura en forma de cub gegantí.

L'ordinador Cray en exposició. Foto: Guillem Alsina

No ho vaig dubtar ni un segon, hi havia de pujar, allò havia estat una senyal del destí. I, la veritat, és que en la seva majoria no em va decebre, malgrat que el vaig trobar incomplet.

El museu es centra bàsicament en la història de la microinformàtica dels anys 80 i principis dels 90, amb màquines que tots els qui vam viure aquella època recordem amb molta estima, i com són ara els Sinclair Spectrum, Commodore Amiga o VIC20, Amstrad,…

La resta de peces que hi podem trobar apunta més cap a la informàtica professional i corporativa que a la de lleure, mostrant per exemple diversos servidors antics i grans mainframes, malgrat que també podem veure la reconstrucció de com havia estat el dormitori d’un jove aficionat a la informàtica de principis dels anys 80, amb un enorme mòdem dels que s’ajustaven a un telèfons de tons dels d’abans. Sense cap mena de dubte, una delícia per als sentits ;-)

El programari també té el seu espai amb una petita vitrina on hi consten les caixes d’alguns paquets informàtics molt importants d’una o altra manera al llarg de la breu però intensa història d’aquesta disciplina: diverses versions del Windows quan encara era tan sols un entorn gràfic per al DOS, OS/2 Warp, Lotus 1-2-3, dBase,… noms mítics, sense cap mena de dubte. I el que em va agradar molt és que, al costat d’aquesta mateixa secció, hi havia una placa recordant l’important paper que han jugat els programadors.

Durant la meva visita al museu vaig poder gaudir d’una exposició temporal que repassava la història dels ordinadors d’Apple i el seu disseny, amb veritables joies com l’Apple del vintè aniversari o el Mac Cube. Els portàtils de la poma mossegada hi estaven representats, donant una visió de com ha anat evolucionant el disseny d’aquestes peces (del qual la companyia de Cupertino sempre n’ha estat capdavantera) al llarg d’aquests darrers anys. I també hi podíeu trobar màquines que havien forjat una història paral·lela però vinculada amb la de la poma mossegada, com el NeXT Cube o un ordinador de Be Inc.

Portàtils Mac a l'exposició temporal. Foto: Guillem Alsina

Una de les peces d’exposició que més em van cridar l’atenció fou un superordinador Cray… superordinador fa unes dècades (concretament, del 1982), perquè ara qualsevol màquina que tingueu al davant pot superar-lo en potència de càlcul. La seva forma, de cilindre amb una base al voltant en la que -si no vaig errat- hom s’hi podia seure a esperar o contemplar el centre de càlcul, són llegendàries; al film Sneakers (aquí subtitulat com Los Fisgones), el protagonista Robert Redford seu, si no vaig malfixat, en una d’aquestes màquines amb el seu antagonista, un sempre genial Ben Kingsley, mentre ambdós -antics amics aviat reconvertits en enemics acèrrims- mantenen una conversa tot recordant vells temps.

Ambdós personatges d’aquesta pel·lícula del 1992 representen informàtics a qui els ordinadors apassionen. Com a mi i a ells, si a vosaltres també us agraden i -no ens enganyem- ja teniu una certa edat (passeu de la trentena), no us podeu perdre aquest museu si aneu a París, un dels grans desconeguts de la capital francesa.

domingo, 11 de julio de 2010

Manifestació pels carrers d'Internet


janquim

Els manifestants creen un arxiu històric a internet amb textos i imatges de la manifestació



Galeries de fotos i vídeos apleguen documents que els assistents envien a llocs diversos. I aquesta és només una primera mirada d'urgència. Durant els pròxims dies serà possible establir amb més fiabilitat què s'ha aplegat a les galeries diferents que els usuaris fan servir però ja hi ha els primers vídeos penjats i centenars de fotografies.